Todos los días y a cada instante, podemos estar tomando nuestro teléfono celular y enviar un mensaje de texto, hacer una consulta de nuestro correo electrónico, hacer una transacción comercial, o incluso estar chequeando el estado de nuestras redes sociales, y todo, desde un pequeño aparato que entra en la palma de nuestra mano, posiblemente tenga pantalla táctil y seguramente sus baterías nos mantendrán conectados durante las 24 horas y varios días antes de tener que recargarlas. Pero, ¿En qué momento llegamos a esto?.
Hace algunos días leí una nota en el diario sobre el rescate de Pablo Emilio Moncayo que estuviese secuestrado por las FARC durante 12 años en el medio de la jungla y casi sin ninguna conexión con el mundo.
Al reinsertarse en la actual sociedad, ya en un nuevo siglo, Moncayo manifestó que una de las cosas que más lo impresionó ha sido el increíble cambio tecnológico que se ha dado en los 12 años que el quedó desconectado, desde la popularización masiva de Internet, los teléfonos celulares inteligentes (Smart Phones), las redes sociales en Internet, las Notebook, Netbooks, las pantallas táctiles, la transmisión de audio, video, fotos y todo tipo de contenidos mediante celulares, dijo Moncayo «incluso estando toavía en la jungla a pocos minutos de haber sido recuperado ya estaban transmitiendo al mundo todo lo que ocurría en tiempo real desde un celular de mano con pantalla táctil, a mi me pareció estar dentro de una película de ciencia ficción».
Todos los días ocurren cambios, avances y pequeñas novedades que al acumularse hacen una verdadera diferencia, pero al ser tan paulatinas sufrimos del síndrome de «inmuno sorpresa paulatina» y claro es entendible que esto nos pase y sólo cuando nos enfrentamos a otros que pueden hacer un análisis retrospectivo inmediato, como el caso forzado del sargento Moncayo, podemos percibir que realmente el cambio ha sido enorme, en poco tiempo, paulatino pero muy vertiginoso.
El riesgo del síndrome de «inmuno sorpresa paulatina» es que desperdiciemos oportunidades de aprender y adoptar ciertas novedades tecnológicas que pueden realmente significar un cambio importante y por ende que nos quedemos un poco rezagados, y como seguramente le ocurrirá a Moncayo, tengamos que actualizarnos muy rápidamente y adaptarnos, porque el avance de la tecnología es un hecho y si nos quedamos excesivamente aislados perdemos conexión con un mundo que nos rodea y que se conecta ya de formas diferentes con otros códigos y medios y podríamos estar perdiendo también una percepción ya no sólo del avance tecnológico sino de la nueva sociedad que nos rodea, sus costumbres en permanente mutación y fundamentalmente la percepción de las tendencias.
En esta sección de AHAP-Contenidos, estaremos publicando en forma frecuente, artículos sobre novedades de tecnología que servirán para combatir el síndrome de la «inmuno sorpresa paulatina».